Comida para perros: la combinación óptima de sabor y comodidad
Estando en la cocina, con la fiel mascota debajo de la silla, esperando impacientemente por su comida para perros y el obligado ritual del paseo nocturno; resulta que sin advertirlo se está al lado de la criatura que ayuda a explicar a la perfección la diferencia entre un animal dócil y una especie domesticada.
En términos sencillos, la domesticación es el procedimiento por el cual el ser humano adapta una familia específica a si mismo, removiéndole el miedo instintivo al hombre, favoreciendo los especímenes con comportamientos amigables y predecibles y criándolos por sus características más convenientes.
Esto los lleva en muchos casos a tener grandes dificultades de readaptación con éxito a la vida natural, casi que han sido genéticamente modificados a seres domésticos. Aunque no es que sea imposible, ya que se conocen historias de ejemplares forzados a volverse salvajes.
En cambio, dócil o manso es aquel que, individualmente, fue criado por personas y es amigable con quien lo cuida pero, agresivo con desconocidos, presenta demasiadas necesidades particulares y no predefine el temperamento de las crías. Un ejemplo de ello podría ser un leopardo bebé.
La historia de la humanidad ha estado marcada por las variedades que hemos moldeado deliberadamente:
- El ganado bovino, ovino y caprino provee de cuero, leche y carne.
- Los caballos medio de transporte.
- Los gatos controlan las plagas. Y,
- Los perros son leales acompañantes, honestos y protectores.
Tan sintonizados con la gente que incluso se teoriza que tienen parte del cerebro dedicada a descifrar el ánimo de sus amos. Y generaciones de niños pueden testificar que es un amigo incondicional.
En lo que se refiere a la alimentación, la mejor opción sería la carne; no obstante, la croqueta comercial es también una buena alternativa, porque viene adecuada a las exigencias de la dieta canina, es sabrosa y servirlas es sencillísimo.
